Esta es la medula de nuestro vivir cristiano. Éste fue el vivir que llevo el Señor Jesús, Él vivió bajo la autoridad del Padre. (Fil. 2:5-11). Hasta el Centurión Romano se dio cuenta de esto.
Él percibió que algo emanaba de este hombre, Jesús, por eso en Mt. 8:9 dijo: “Porque yo también soy hombre bajo autoridad”. El Centurión se dijo a sí mismo: “éste hombre es igual que yo, yo estoy bajo autoridad y este hombre está bajo autoridad.”
Me pregunté si otras personas pueden percibir que estoy bajo la autoridad de la Cabeza, también tuve que arrepentirme, por no querer someterme a una autoridad delegada, pues en mi trabajo ¡cuán difícil me es someterme a la jefa de recursos humanos de mi empresa!, mientras pretendía solo escuchar y someterme a mi Jefe y dueño de la empresa…
Tanto en mi vivir cotidiano y en la vida de Iglesia debo ser tal persona que emana sumisión a la Autoridad, y que otros pueden percibir que soy una persona bajo autoridad. “¡¡Señor que tu vivir sea expresado en mí, hazme tal expresión de tu maravillosa persona!!”